En poco más de cien años y desde que hiciera su aparición durante la Primera Guerra Mundial, el tanque se ha convertido en un arma fundamental para las fuerzas, gracias a su movilidad y alto poder de fuego. Chile no ha sido la excepción, desde que estos vehículos blindados se integraran al Ejército a partir del año 1943, sirviendo con gran eficiencia principalmente en dos escenarios, el desierto, en el extremo norte, y en la Patagonia, en la zona más austral.

Es justamente en este último teatro de operaciones donde se desempeña el Comandante de Pelotón del Grupo de Tanques N° 6 “Dragones”, Jorge Fuentes M., quien está al mando de cuatro tanques Leopard. Es ahí, en la pampa magallánica cercana a la ciudad de Punta Arenas donde el joven oficial dirige un grupo de estos poderosos vehículos de 40 toneladas, sorteando no solo un clima con temperaturas bajo cero (con lluvia y nieve), sino también una geografía irregular que a veces se vuelve intransitable. 

El Subteniente Fuentes mostró interés por el Arma de Caballería Blindada al poco tiempo de ingresar a la Escuela Militar en el año 2014. “Tuve muy buenos instructores que pertenecían a esta Arma del Ejército, lo que motivó a conocer más sobre el tema. Además, me resultaron muy interesantes los aspectos técnicos y estratégicos de la guerra de blindados”.

De esta forma, y luego efectuar el Curso Básico de Oficial de Armas en la Escuela de Caballería Blindada en Iquique, fue Comandante de un Pelotón de Exploración Blindado, de un Pelotón de Exploración Montado y de un Pelotón de Exploración Terrestre. Fue entonces que fue destinado al extremo sur del país, dejando atrás el norte y el extenso desierto. Desde entonces, comanda un equipo a toda prueba, conformado además por un conductor, un artillero y un municionero.

“La virtud de una tripulación de tanques, es que debe lograr una sincronía perfecta. Esto permite desempeñarse de forma óptima bajo fuego enemigo. En ese sentido, nuestra preparación implica, entre otros conocimientos, lecciones de tiro, maniobras de pelotón, incendio, corte de oruga o combate fuera del tanque”. Asimismo, agrega, “este trabajo en equipo permite también la sincronización con los otros tanques, los cuales forman parte de una fuerza integrada donde participa la artillería, infantería, telecomunicaciones e ingenieros, entre otras especialidades”.

El Subteniente Fuentes añade que en su rol de Comandante de Pelotón, debe dominar una amplia nomenclatura de comunicación y estar muy claro con aspectos técnicos y de mantenimiento, con el fin de dar una solución a eventuales desperfectos en la torre o el chasis. “Es fundamental emplear convenientemente este lenguaje, ya que nuestro pelotón es parte de un escuadrón, todos con un propósito o misión a desempeñar. Por eso es clave pensar rápido y adaptarse al entorno geográfico, porque los obstáculos o el fuego enemigo aguardan en cualquier parte del terreno”, afirma finalmente.