En materia de disuasión y dadas las características geográficas del territorio nacional, el Ejército de Chile debe desenvolverse en diversos escenarios. Uno de ellos es el desierto de Atacama, amplia zona de más de 1.600 km de largo y con una superficie aproximada de 105.000 km². En esta tarea se requieren efectivos altamente preparados y capacitados para operar sistemas de armas con un poder de fuego de largo alcance y de gran precisión.

Se trata de un teatro de operaciones complejo, en el cual la artillería de cohetes juega un papel preponderante, ya que su misión es batir objetivos en apoyo de los batallones de infantería y unidades de tanques. Uno de los integrantes del Cuadro Permanente que cumple ese rol es el Sargento 2° Mauricio Ibáñez Q., Auxiliar de Operaciones y Auxiliar de Estado Mayor del Grupo de Artillería de Cohetes N° 6 “Dolores” de la Brigada Motorizada N° 4 “Rancagua”, ubicado en la ciudad de Arica.

El Sargento 2° Ibáñez ingresó al Ejército en el año 2000 y al poco tiempo mostró interés por especializarse en Artillería, específicamente en el área de Dirección de Fuego. “Me pareció muy atractiva, al ser la unidad más poderosa de esta Arma del Ejército, la cual apoya las operaciones de guerra en un terreno de gran extensión. Por lo mismo, requiere de efectivos con capacidad de análisis y planificación, con sólidos conocimientos de telecomunicaciones, cálculo balístico, topografía y meteorología, entre otros”.

En la planificación y posterior ejecución de los fuegos, el Sargento 2° Ibáñez se integra a un puesto de mando, permitiendo operar y administrar táctica y técnicamente las unidades de lanzadores, las cuales tienen contenedores con munición MKIV de 160 mm, capacidad de fuego que permite batir objetivos y saturar zonas en un corto tiempo a 45 km de distancia.

Su experiencia y cursos realizados, le permiten hoy ser instructor de comandantes de lanzadores y operadores de central de tiro, función que tiene el propósito que este personal adquiera las competencias necesarias para generar y ejecutar, de manera autónoma, las misiones de fuego ordenadas por el mando.  “La rapidez y precisión del poder de fuego son fundamentales en las operaciones”, afirma.

Aunque el Sargento 2 ° Ibáñez se ha desempeñado gran parte de su carrera en unidades del extremo norte del país, también estuvo en el extranjero, integrando la Misión de Paz en Bosnia y Herzegovina en la ciudad de Banja Luka (año 2005). En este marco, una de sus metas es postular y ser parte de una agregaduría militar en el extranjero. “Esta es una de las ventajas de pertenecer al Ejército, donde se aprenden y desarrollan diversas capacidades en escenarios muy distintos. Me siento orgulloso de ser parte de esta gran Institución”.