Una unidad de Comandos está integrada por soldados altamente especializados, capaces de operar en cualquier escenario geográfico y condición atmosférica, para incursionar en el dispositivo enemigo con métodos de inserción terrestres, aéreos o acuáticos ¿Cómo se llega a ser parte de este selecto grupo? Quien sabe muy bien de esto es Carlos Catil G., Sargento 1º que con 41 años, ostenta la especialidad de Comandos hace dos décadas y después de haber cumplido cada etapa de la especialidad, hoy se desempeña como Auxiliar de Operaciones y Jefe de Plana Mayor en la Agrupación de Comandos “Galvarino”, de la Brigada de Operaciones Especiales “Lautaro”. 

“Hay un hito que me marcó como soldado conscripto en la Escuela de Artillería, en terreno vi una patrulla de Comandos, fue ese el momento en que dije: Quiero ser como ellos”, así es como el Sargento Catil recuerda el hecho marcó el norte de su carrera militar. 

Luego de egresar de la Escuela de Suboficiales ingresó al Curso de Paracaidistas que es un requisito básico para aquellos que quieran pertenecer a las Fuerzas Especiales.  

“No fue fácil, pero lo que fue fundamental fueron mis padres y su apoyo, que me ayudó a conquistar mi próximo objetivo, el Curso de Comandos”. Éste exige una gran fortaleza mental y física: “Es un curso muy importante dentro de las operaciones especiales, ya que entrega las herramientas necesarias para desempeñarse en el futuro, sin ir más lejos muchas cosas que aprendí, hasta el día de hoy las pongo en práctica”. 

Tal era la claridad que tenía el Sargento 1º Catil respecto a su carrera que incluso obtuvo subespecialidades de Francotirador, Instructor de Comandos, Asalto Aéreo, además de participar en ejercicios de Fuerzas Especiales con ejércitos amigos y en el extranjero. 

Todo este entrenamiento y especialización son sin duda, el camino necesario para formar un operador integral para desempeñarse en la Brigada de Operaciones Especiales, soldados con alto espíritu de cuerpo, fortaleza y prudencia. “Lo bonito de esta especialidad es que uno siempre está recibiendo conocimiento y experiencia tanto del personal más antiguo como del menos antiguo, una característica clave de un soldado de operaciones especiales”, expresó Catil. 

Para mantener un óptimo grado de alistamiento operacional, estos soldados deben entrenar permanente en diversas zonas geográficas del país, lo que requiere tiempo y sacrificio. Es por lo mismo que con lágrimas en los ojos, Carlos agradece a su esposa e hijas por el apoyo durante todos estos años. “Uno se emociona porque sabe lo difícil que es esta carrera y lo que uno optó en esta especialidad (...) y también pedir un poco de disculpas porque son largas jornadas en que uno está fuera, entrenándose para proteger al país y al ponerse en el lugar de la esposa, sabe los problemas cotidianos y no estar… se hace difícil”.  

Hoy luego de años en terreno, Carlos Catil pasa a la labor de asesoría en la parte logística y técnica como auxiliar y Plana Mayor, en un contacto directo con el mando. “Lo lógico es desarrollarse en la parte operativa, ya que, según mi experiencia, ayuda mucho cuando hoy debo integrar la plana mayor. Tengo el conocimiento del terreno lo cual hace más fácil la tarea de asesorar, porque uno sabe cómo son, en carne propia, el desarrollo de la operación en terreno”. 

Finalmente, el Sargento 1º Carlos Catil, un hombre de familia y fiel servidor de nuestra patria, sigue marcando sus próximos objetivos tal como lo decretó a sus 18 años cuando ingresó al Ejército. “Siempre seguí el camino natural de mi carrera como Comandos, por lo mismo mi próximo paso, luego de haber adquirido la experiencia necesaria, es poder formar parte del recientemente creado Comando de Operaciones Especiales”, cerró Carlos Catil. 

Por Andrés Armijo, periodista Dirección de Comunicaciones Estratégicas.