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II División Motorizada del Ejército apoya labor de vigilancia de frontera en el norte de Chile

Publicada: 10/06/2022

Siluetas que se mueven en la distancia, apenas distinguibles en la noche del helado altiplano de Putre, comuna fronteriza con Perú y Bolivia. A eso están atentos, entre otras tareas, los soldados del Regimiento N° 9 “Chillán”, de la II División Motorizada del Ejército de Chile. 

Viajaron 2.549 km desde su cuartel en Chillán hasta esta ciudad, de casi 3 mil habitantes, capital provincial en la Región de Arica y Parinacota, con el fin de colaborar en la prevención, detección y control del narcotráfico, del crimen organizado transnacional y la trata ilegal de migrantes.  

Esta labor, legalmente autorizada, se enmarca en las Operaciones Militares distintas a la Guerra, y lleva el nombre de “Jarkaña” (“detener” en lengua Aymara). Busca ejercer la soberanía efectiva del Estado de Chile a través de la presencia militar, con patrullajes que disuaden el ingreso ilegal al territorio nacional. 

Es en este contexto que los hombres y mujeres del Regimiento N°9 “Chillán” realizaron un intenso entrenamiento para aclimatarse a patrullar día y noche a 4.500 metros sobre el nivel del mar, en medio de las duras condiciones ambientales del altiplano, con menos oxígeno y temperaturas que en otoño e invierno bajan de los cero grados. 

“No muchos están acostumbrados a esta altitud y por lo mismo era de suma importancia que los soldados nivelaran sus capacidades físicas para operar de buena manera en el sector”, señaló el Mayor Eduardo Ávalos de la Brigada Motorizada N° 24 “Huamachuco”. 

Los soldados de Regimiento N° 9 “Chillán” ahora comparten el trabajo con los integrantes de la Brigada. “Este apoyo nos da la posibilidad de llevar a cabo estas misiones de manera más eficiente y abarcar mayor cobertura en resguardado de la frontera del país”, agregó el Mayor Ávalos.  

Un mes permanecerán en la zona de Putre los soldados del “Chillán”. Muchos nunca habían pisado el altiplano y valoran la posibilidad de conocer el trabajo de otras unidades del Ejército. “Es una oportunidad para incorporar nuevas habilidades de combate y físicas y, si bien es un escenario completamente distinto al que nos desempeñamos habitualmente, lo principal es seguir los consejos de los instructores para llevar a cabo la misión solicitada”, enfatizó el Comandante de Patrulla del Regimiento N°9 “Chillán”, Teniente Felipe Troncoso, mientras se apresta a una noche de vigilancia por si aparecen siluetas sospechosas a la distancia. 

 

Por Cabo Valentina Gatica, periodista de la Dirección de Comunicaciones Estratégicas 

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