Tal como lo hizo después del terremoto del 27 de febrero de 2010, el Instituto Geográfico Militar (IGM) dio inicio a la recuperación del control geodésico de las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Antofagasta, tras el sismo 8.2 Richter, que afectara a esta zona.

Con la colaboración de las universidades de Concepción y del Estado de Ohio, el IGM desplegó en terreno equipos de geodestas para realizar mediciones con tecnología GPS (Sistemas de Posicionamiento Global) y equipamiento técnico, con el objetivo de encontrar las deformaciones ocurridas en terreno y así validar la consistencia de la red SIRGAS (Sistema de Referencia Geocéntrico para las Américas), que conforma la Red Geodésica Nacional, base del desarrollo cartográfico del país.

Luego de 4 semanas de mediciones en el norte grande del país, junto al procesamiento y análisis científico de la data llevado a cabo en el Centro de Procesamiento de datos SIRGAS del IGM en Santiago, se encontraron diferencias de coordenadas desde un par de centímetros hasta 1 metro, específicamente en la zona de Pisagua, lo que indica que la energía liberada producto de la deformación detectada fue menor a lo ocurrido en el terremoto de 2010, pero de igual forma perjudicial en lo refererido a la pérdida de la precisión de las coordenadas, lo que exige continuar con el estudio de la actividad tectónica de la zona afectada.

Como en todo gran terremoto, la actividad geofísica se mantiene activa y en desarrollo produciendo deformaciones, muchas de las cuales son indetectables a simple vista, las que son monitoreadas por el IGM, ya que como organismo oficial en representación de Estado en materias geocartográficas, es muy importante contar con esta información actualizada, principalmente para que los trabajos en el país que requieran ser georreferenciados mantengan altos estándares de calidad. 

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