La sequía, el factor humano y tantos otros como los que se pueda imaginar, son los que pueden incidir en que nazcan incendios forestales que afectan a la comunidad, vida silvestre y al ecosistema. Sus efectos nocivos son de distintas magnitudes, por lo que la acción para controlarlos debe ser rápida y certera. El combate contra las llamas tiene distintas líneas de acción, y varios actores, incluyendo Bomberos, CONAF, Carabineros y al Ejército.

En cada emergencia, si así es requerido por la autoridad, las unidades de la Institución disponen de equipos especializados en el control de estas emergencias. Avanzan contra el calor, el fuego y el peligro. Son las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales del Ejército, patrullas especializadas que avanzan en segunda línea, impidiendo los rebrotes de focos de incendio.

Durante 2021, los incendios forestales significaron el despliegue de 18 BRIFEs, es decir, 414 voluntarios del Ejército instruidos y certificado por CONAF para enfrentar estas emergencias. En lo que va del 2022 ya se han movilizado siete Brigadas del Ejército (161 Brigadistas), incluso en la provincia de Tierra del Fuego. Los equipos, conformados por oficiales, suboficiales y soldados conscriptos, tienen la tarea de sostenimiento de la línea de control, faenas de liquidación, vigilancia y construcción de cortafuegos, para proteger zonas residenciales, infraestructura social o productiva, etc.

Para pertenecer a una BRIFE se requiere valor y vocación. Su labor implica ir en sentido contrario a los que huyen de las llamas. El Mayor Miguel Zamora, jefe de la Sección Logística del Comando de Operaciones Terrestres, es una de las piezas claves para concretar el correcto despliegue de las brigadas y junto con destacar el trabajo en equipo realizado, “agradecerles que, durante el desarrollo de las tareas propias del combate contra incendios, internalizaron valores propios de la carrera de las armas, donde acrecentaron el temple que se ve reflejado en la multifuncionalidad de tareas que estos debieron realizar, incrementando el compromiso para salvaguardar las vidas y bienes de la población que se ve afectada en las diferentes regiones del país”.

El Teniente Óscar Izurieta L., es comandante de la BRIFE encuadrada en el Regimiento de Artillería N° 1 “Tacna”. Es uno de aquellos que decidió dar un nuevo paso en su compromiso con la comunidad. “Todo despliegue tienen algún grado de peligro y riesgo, sobre todo en el de las BRIFEs, ya que estamos a un metro del fuego y usted no sabe cómo las llamas pueden reaccionar, y uno como comandante se preocupa de su gente para que puedan dar cumplimento a la misión”, dijo.

“Cuando me fui desplegado a Concepción (2019), vi gente civil a la que se les estaban quemando sus casas y el personal de CONAF, Bomberos y del Ejército, hizo todo lo posible para salvarlas, pero no fue posible”, recuerda el oficial, agregando que, a pesar de eso, la labor sin descanso es percibida por la ciudadanía. “Hasta el día de hoy hay civiles que me agradecen por la labor que hicimos".

Desde el aire, llega la ayuda

Los hombres en tierra no están solos, ya que reciben apoyo aéreo. El Ejército también cuenta con personal entrenado para aportar desde el aire, precisamente, con los helicópteros AS350 Ecureuil, equipados con los conocidos bambi bucket, los que tienen la capacidad de trasportar 900 litros de agua.

“Es una situación super lamentable, pero sí es satisfactorio saber que uno pudo ayudar de alguna manera a frenar el avance de un incendio forestal. Es la sensación del deber cumplido”, relata la Capitán Konny Schmid V., piloto de la Brigada Aviación Ejército que ha colaborado en el control de distintos incendios forestales.

La oficial ha participado en distintas acciones para controlar este tipo de emergencias, pero, a pesar de no tener contacto directo con la comunidad, los afectados siempre encuentran formas de hacerle llegar su gratitud. “A diferencia de los brigadistas, nosotros tenemos un punto de reunión distinto, y ahí muchas veces llega gente a la que se le salvó alguna casa y nos da las gracias. Por lo general no se ve, pero muchas veces llegan cartas de agradecimiento a las unidades”, recuerda.

“Es cansador el trabajo, podría pensarse que no es tanto, pero sí. Se vuela entre seis y ocho horas diarias, combatiendo incendios, que tiene una serie de condiciones y circunstancias que lo hacen más cansadores que un vuelo tradicional. Es parte de las áreas de misión del Ejército, apoyamos el combate de incendios forestales”, reconoce finalmente la piloto oriunda de Valdivia.

Si bien los cientos de militares que componen las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales del Ejército están listos para responder ante una emergencia, el llamado siempre es a la prevención y conocer los números de emergencia: 130 de CONAF o 133 de Carabineros, para reportar a tiempo y evitar daños mayores.

Ellos están dispuesto a correr el riesgo, pero el combate contra los incendios forestales es tarea de todos.

Por Nicolás Borcoski M., periodista de la Dirección de Comunicaciones Estratégicas del Ejército