Más que por obtener triunfos y batir marcas, el deporte constituye una actividad que gracias al entrenamiento, permite mantener el cuerpo y la mente sana, logrando una vida más plena y previniendo enfermedades. En ese contexto y luego de haber vivido los peores momentos de la pandemia, está claro que aquellos que han desarrollado una actividad física permanente han presentado una mejor tolerancia al estrés, provocado por las medidas aplicadas por la autoridad sanitaria.

En el caso del Ejército, dicho estrés aumentó considerablemente respecto del resto de la población, ya que hubo que asumir la tarea de fiscalizar a la población a fin de evitar más contagios. En ese sentido, el Cabo 1° David Vielma G., seleccionado de Judo del Ejército, señala que este arte marcial de origen japonés cumple con varios factores que son beneficiosos para el personal militar: “mejora la condición física y la flexibilidad muscular, desarrolla el autocontrol, enseña técnicas para neutralizar al contrincante, entrega una mayor tolerancia a la frustración y permite resolver situaciones complejas en fracciones de segundos. Todo ello puede ser de gran utilidad al momento de efectuar misiones durante los estados de excepción”.     

El judo en el Ejército constituye uno de los deportes de aplicación militar –junto con el pentatlón, tiro, orientación terrestre y cross country–, lo que implica la formación de un seleccionado preparado para competir en campeonatos de distinta categoría.  Uno de ellos es el Campeonato Interinstitucional de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, realizado durante el mes de octubre, y en el cual el Ejército obtuvo el segundo lugar, luego de haberse coronado campeón entre los años 2000 y 2019 de manera consecutiva.

El Cabo 1° Vielma señala que si bien es ideal iniciarse tempranamente en este arte marcial debido al desarrollo de las habilidades motoras, cualquier persona sin importar su tipo y condición física puede practicarlo. “Se trata de un deporte que requiere mucha paciencia y perseverancia porque existe un trabajo repetitivo de movimientos como parte del aprendizaje de las técnicas, y que va preparando a la persona para el combate, donde finalmente es crucial lograr el desequilibrio y en el momento justo anticiparse para derrotar al adversario. Esto último se logra mediante cuatro métodos: proyección en el aire para hacerlo caer de espalda, palanca al codo (luxación), estrangulamiento y sumisión (mantener al oponente de espalda al suelo durante 20 segundos)”.

Este deportista institucional ingresó a la Escuela de Suboficiales en el año 2009, luego de haber efectuado el Servicio Militar en el Destacamento de Montaña N° 8 “Tucapel”. Posteriormente se desempeñó en la 1ra. Brigada Acorazada “Coraceros”, Escuela de Suboficiales, Escuela de los Servicios y finalmente en la Brigada de Inteligencia. Desde el año 2011 integra el seleccionado de Judo del Ejército, participando en diversas instancias a nivel nacional e internacional. 

Señala que actualmente, y posterior a sus actividades diarias, realiza sus entrenamientos en diferentes clubes de Santiago como preparación para los eventos nacionales de fin de año y a su vez, participa en escuelas integrales de judo, las que son gratis y abiertas a la comunidad, las cuales se han desarrollado antes de la pandemia en dependencias del Campo Militar “La Reina”.

Y si bien, puntualiza que ha visto crecer el interés por este arte marcial en términos generales, siente que hace falta una adecuada planificación y recambio de quienes practican esta disciplina a nivel Ejército. “Hoy se practica en los institutos matrices y se compite a nivel escuelas, de igual forma y anualmente en los interinstitucionales, sin embargo, el judo podría incorporarse en la instrucción en las distintas unidades a lo largo del país, tal como ocurre con algunos ejércitos en Asia, donde enseñan esta disciplina a sus combatientes”, concluye.