Cada año son miles de jóvenes chilenos, hombres y mujeres entre 18 y 24 años, que son llamados para cumplir con el deber de servir a Chile en el Servicio Militar Obligatorio. En el caso de las mujeres mayores de 17 años, solteras y sin hijos, su inscripción es completamente voluntaria para sumarse a esta experiencia única de vocación de servicio.

Durante este proceso, el contingente acuartelado adquiere conocimientos y capacidades, junto con ser parte de un intensivo entrenamiento que le permitirá participar activamente en la defensa de nuestro país y contribuir desde diferentes áreas como el apoyo a la comunidad en casos de de emergencias o catástrofes, o la participación en Estados de Excepción Constitucional.

El Servicio Militar junto con contemplar instrucción militar y ser capacitados en un marco de disciplina, valores y tradiciones, también entrega múltiples beneficios que les permitirá mejorar sus opciones de futuro, como son la nivelación de estudios, acceder a cursos de capacitación laboral, poder postular para ser Soldado de Tropa Profesional o seguir la carrera en una de las escuelas matrices de las Fuerzas Armadas.

Para la Cabo 1° Conscripto Claudia Santander C., de la Escuela de Caballería Blindada en Iquique, el servicio militar “ha sido una bonita experiencia… he conocido a varias personas que me han entregado herramientas y valores, también he aprendido oficios como el de ayudante de ranchero, en el que me desempeño ahora y que me ayudará más adelante en mi vida civil”.

La Cabo 2° Conscripto Valery Velásquez G., que ingresó al Servicio Militar el año 2021 en el Regimiento de Policía Militar N° 1 “Santiago”, cuenta que “de muy pequeña me llamó la atención el Ejército viendo las Paradas Militares, verlos en las calles y quería cumplir mi sueño, probar qué tan capaz era de estar aquí y en el año de pandemia me atreví”.

La Cabo 2° Conscripto Velásquez dejó la carrera de Derecho en su segundo año y se presentó. “Aquí maduré, donde lo más entretenido para mí han sido las instrucciones de combate, el manejo de armamento”, agregando que “vivir esta experiencia ha sido muy gratificante, me he capacitado, tuve la oportunidad de hacer dos cursos, de instalación de paneles solares y de administración de edificios, los cuales me ayudarán en mi vida laboral”.

En esta misma unidad, la Soldado Conscripto Katherine Elgueta L., que ingresó este año, asegura que su decisión le ha permitido darse cuenta de todo lo que es capaz de lograr en esta unidad, cuya instrucción está orientada al resguardo de instalaciones militares. “Ser Policía Militar es una tarea compleja, resguardamos muchas partes de la ciudad de Santiago, donde debemos estar pendientes de todo lo que pueda pasar, es una gran responsabilidad que tenemos como soldados”.

Finalmente, para el Cabo 1° Conscripto Felipe Jiménez S., de la 2da Brigada Acorazada “Cazadores” en la comuna de Pozo Almonte, indica que ingresó con mucha motivación. “Al llegar acá sentí el apoyo de mis instructores desde el primer momento, donde logré convertirme en un combatiente individual. Me siento muy orgulloso y afortunado de haber realizado mi Servicio Militar y ser parte del Ejército de Chile y es por esto que los invito a ser parte de esta inolvidable experiencia de servir a la Patria”.

Estos son jóvenes, chilenos como tú, que escucharon el llamado de servir al país, decisión que no fue fácil, dejando atrás otras alternativas, cuya opción los llena de satisfacción al ver que al poco tiempo de conscripción ya han adquirido la disciplina, los valores y tradiciones propias de la carrera militar y que se han transformado en ciudadanos que contribuirán al desarrollo nacional.