Con una vasta trayectoria profesional como docente, tanto en el mundo civil como militar, la profesora Viana Figueroa Soto, quien es profesora de Estado en historia y geografía de la Universidad del Biobío y doctora en educación de la Universidad de Alcalá en España, destaca que el desempeñarse como docente en el Ejército de Chile ha sido sumamente gratificante, porque el militar tiene ciertas características que los destacan, como su disciplina, vocación de servicio y compromiso con los estudios, principalmente por el hecho de que cuentan con una doctrina diferente.
“Lo primero que me llamó la atención fue la disciplina, el hecho de que todos los alumnos siempre están presentes, es muy extraño que no asistan, la responsabilidad que tienen, el monitoreo que tienen ellos mismos respecto a su aprendizaje y lo que la Institución les provee, como un Oficial de Estado Mayor, que es el Jefe de Curso, el cual siempre está pendiente de las necesidades de todo tipo”, dijo la destacada profesora. Asimismo, es una situación que se repite en todas las áreas en las que se dictan clases al interior del Ejército, tanto en las escuelas matrices como en las de Armas y Servicios, siempre se contará con un oficial o un suboficial que está pendiente de las necesidades o situaciones que tienen los alumnos.
Nuestra profesora, experta en educación, inició su carrera como docente en el Ejército en 1989 en la Escuela de Suboficiales, siendo trasladada posteriormente a la Escuela de Telecomunicaciones y años más tarde fue asignada a la Academia de Guerra, específicamente en el Departamento de Aseguramiento de la Calidad y como profesora en el Curso Regular de Estado Mayor. Asimismo, destacó que dentro de los principales logros que han tenido en la Academia, como cuerpo docente, es haber logrado la acreditación ante la Comisión Nacional de Acreditación por 5 años.
Consultada respecto al rol en el Ejército de los profesores de profesión, la docente señala que es fundamental, debido a que tienen una formación profunda de lo que significa la docencia, tanto en la pedagogía como la andragogía, es decir, educación en jóvenes como en adultos. Asimismo, destaca que el “granito de arena” que ellos entregan a la Institución consiste en que se mantenga e incremente el nivel de compromiso y preparación de los alumnos, agregando que, “nuestro deber, de civiles y militares que trabajamos en la educación superior es que ese nivel y ese compromiso se mantenga y se mejore en la medida de lo posible, nosotros nos incorporamos como docentes de aula o como docentes de apoyo y en mí caso desarrollo ambas funciones”.
Finalmente, respecto a su experiencia como profesora en el Ejército, lo que más recuerda con cariño y alegría es haber sido parte de la formación y egreso de las primeras oficiales con la especialidad primaria de Estado Mayor, “para mí una experiencia que nos haya marcado junto a otros colegas, fue cuando ingresaron las primeras mujeres a la Academia, nosotros nos emocionamos como si hubiesen sido nuestras hermanas o algún familiar, fue súper emocionante porque estas oficiales son profesionales egresadas de la Escuela Militar y culminaron su formación en esta Academia”.