La zona centro sur del país perdió más de 200 mil hectáreas de terreno durante los incendios forestales que afectaron al país a inicios del año 2023. Pero pudieron ser muchas más si no hubiera sido por el trabajo de cientos de chilenos en su combate, pertenecientes a distintas instituciones y organismos públicos y privados.

Con chaqueta y casco amarillos, el trabajo de los integrantes de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIFEs), fue reconocido por la comunidad. Son jóvenes integrantes del Ejército que voluntariamente integran estas patrullas cuyo fin primario es enfrentar estas emergencias desde la tercera línea de combate.

Compuesta por más de 20 uniformados, están equipados con vestuario y elementos proporcionados por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), los que realizarán labores de control de la emergencia y de protección.

Su entrenamiento comienza con capacitaciones recibidas por parte de CONAF, la que entrega los insumos para el combate de incendios forestales, en lo teórico y lo práctico. Con sus herramientas y equipamiento, cada brigadista está facultado para apagar focos de incendios y construir cortafuegos, evitando así la propagación o reactivación de las llamas en zonas de riesgo.

La Región del Biobío fue una de las más afectadas por los incendios forestales, no obstante, sus habitantes se convirtieron en testigos del valor de los militares que enfrentaban la emergencia.

“Es un orgullo”, explica el Teniente Julio Arriagada, comandante de la BRIFE del Regimiento de Artillería N° 1 “Tacna”, agregando que “cuando uno decide esta carrera, se toma un juramento de dar la vida si fuese necesario. La ayuda a la comunidad te hace sentir muy bien, uno apoya a la gente y ellos aplauden y eso es por estar cuando lo están pasando mal y eso es sentir el deber cumplido”.

Su vocación va más allá del deber, apoyando a la comunidad con un trabajo anónimo y silencioso, en los momentos de mayor adversidad, pero del que los chilenos saben volver a ponerse de pie.