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Comunicado

Discurso Del Comandante En Jefe Del Ejército Para La Inauguración Del Edificio Ejército Bicentenario

Publicada: 24/06/2012

DISCURSO DEL CJE PARA LA INAUGURACIÓN DEL “EDIFICIO EJÉRCITO BICENTENARIO

 

Santiago, 13 de junio de 2012.

 

En 1810, hace ya más de 200 años se dan los primeros pasos para la independencia de Chile con el establecimiento de la Primera Junta Nacional de Gobierno, presidida por Don Mateo de Toro y Zambrano. Dentro de sus primeras medidas está la creación de tres nuevos regimientos para la defensa del reino, cuyo decreto, de fecha 2 de diciembre de 1810, puede ser considerado como la partida de nacimiento del Ejército Nacional; también destacan la apertura de los puertos al libre comercio exterior y la convocatoria de elecciones de un primer Congreso Nacional.

Las recién organizadas unidades, que participaron en todas las campañas de la Patria Vieja y Nueva hasta obtener la libertad de Chile, pasaron a denominarse posteriormente regimientos Nº 1 de Infantería “Buin”, Nº 1 de Artillería “Tacna” y Nº 3 de Caballería “Húsares”. Éstosson el origen republicano de la institución –el antecedente remoto se entronca con el Ejército Permanente creado en 1603 por la Corona española–. Hoy, sus gloriosos estandartes de combate se encuentran presentes para, junto a otros estandartes y delegaciones de unidades creadas en estos 200 años dar el marco de solemnidad y de tradición a la ceremonia de inauguración del nuevo cuartel general del Ejército.

Los acompañan los pabellones del Regimiento de Caballería Blindada Nº 1 “Granaderos” Escolta Presidencial; de las escuelas matrices –Militar y de Suboficiales–; y los de las divisiones del Ejército, que cubren todo el territorio, desde el hito tripartito en Visviri, en el norte, hasta las más gélidas llanuras antárticas.

Forman parte de aquellas divisiones, regimientos que, su sólo nombre, evoca justas bélicas donde chilenos derramaron generosamente su sangre en remotos parajes para cumplir su misión e impedir que la bandera que los guiaba fuera tomada por manos ajenas, mientras un sólo soldado chileno viviera para evitarlo. Este es el caso, entre muchos otros ejemplos de nobleza en el campo de batalla, del 6º de Línea, Regimiento “Chacabuco”, al cual pertenecía Ignacio Carrera Pinto y los soldados inmortales de La Concepción. Su pabellón de combate, empapado de gloria y de heroísmo, está aquí presente; como también lo está el de la más nueva de nuestras unidades: la Brigada de Operaciones Especiales.

Libertad, orden e institucionalidad son los valores fundamentales que las sucesivas generaciones de chilenos hemos aprendido a valorar y respetar. Su cultivo nos proporciona una acendrada identidad nacional y una motivación constante para el desarrollo y progreso de Chile, tal como lo imaginaron aquellos primeros patriotas hace dos siglos.

El Ejército adhirió a estos valores, desde su nacimiento junto a la patria. En consecuencia, el ser reconocidos como una institución permanente de la República, lejos de ser una identificación honorífica o un privilegio, constituye un mandato efectivo que los chilenos otorgan a su Ejército para el cumplimiento de sus misiones constitucionales.

Desde esos tiempos heroicos en adelante, la creación de diferentes regimientos y la mantención de otros al servicio de la defensa de Chile en tiempo de paz, ha sido el eje de la tradición de un ejército que se distingue por la integración de ciudadanos provenientes de todas las regiones y clases sociales del país, confirmando en realidad que este Ejército es, en definitiva, de todos los chilenos.

El edificio que hoy se inaugura, –el primero de nuestra historia construido para este solo efecto–, obedece al antiguo concepto de Cuartel General, que reúne en las mismas instalaciones a los organismos asesores y al puesto de mando institucional, adoptando todas las ventajas de la modernidad para que puedan funcionar de manera eficiente, tal como los tiempos actuales demandan; pero, al mismo tiempo, respetando la impronta de una institucionalidad de más de 200 años.

La presencia de S.E. el Presidente de la República simboliza la trascendencia de este acto y la connotación que éste tiene para con esta institución permanente del Estado.  Este edificio es, a no dudarlo, un patrimonio de todos los chilenos que, a partir de hoy, tendremos el deber de utilizar y preservar con los mejores estándares concebidos.

Asimismo, recordamos que en el siglo XIX en este histórico lugar –bajo la denominación de “Campo de Marte”– se realizaron revistas y ejercicios militares, que posteriormente se convirtieron en instancias de fervor popular y de integración civil–militar, durante las celebraciones de las fiestas patrias.

Recogiendo esas tradiciones es que, en este mismo sitio –hoy denominado Parque O’Higgins–, se continúa realizando anualmente la Parada Militar, donde el pueblo de Chile rinde tributo a las Glorias de su Ejército.

 

S.E., distinguidas autoridades, señoras y señores:

 

Este cuartel militar simboliza y proyecta factores de continuidad y cambio, propios de los procesos de modernización y transformación que ha estado viviendo el Ejército de Chile en los últimos años.  Esta obra –bien llamada “Edificio Ejército Bicentenario”– se inscribe, además, en la política del Estado para racionalizar el uso de edificios públicos y forma parte de un conjunto de intervenciones urbanas iniciadas mediante Orden Presidencial del año 2007, dentro de las denominadas obras “Legado Bicentenario”.

Uno de los más grandes desafíos para el proyecto fue crear un espacio arquitectónico que diera cuenta del orgullo y aprecio del pueblo por su Ejército y de la mirada institucional comprometida con el futuro del país.

En consecuencia, parte esencial de su concepción arquitectónica y urbanística fue la puesta en valor del viejo cuartel “Arsenales de Guerra”, declarado Monumento Nacional el año 1990, el cual ha sido bellamente restaurado, respetando íntegramente su imponente presencia. Además, el diseño arquitectónico de las nuevas obras se caracteriza por su sentido de transparencia, el que fue logrado por la amplia explanada pública de su fachada principal y sus grandes cristales; así como por una nueva forma de relación con el entorno, entre los espacios y los usuarios.

Su destino es albergar a la Comandancia en Jefe, alEstado Mayor General, y otras reparticiones institucionales, permitiendo lograr una eficiente integración de funciones, que garantizan una mayor calidad en los procesos de toma de decisiones, conducción y apoyo.

Su acceso principal da a la calle Ejército, que es una de las tantas expresiones de gratitud del pueblo de Chile hacia la institución que nos entregó la libertad.

En coherencia con lo que ha sido esta zona patrimonial de Santiago, el frontis del edificio contempla una explanada de 1.600 m2, conectada con la Plaza Ercilla –creada para la celebración del primer centenario de la independencia y donada por el gobierno español–, lo que genera un espacio urbano que integra armónicamente el edificio con otros lugares patrimoniales, tales como el Parque O’Higgins, el Club Hípico y el Campus Beauchef de la Universidad de Chile. Dicha integración adquirirá una mayor dimensión cuando se cristalice el proyecto Memorial al Bicentenario del Ejército de Chile.

A nombre del Ejército deseo expresar nuestros agradecimientos a aquellas autoridades que resolvieron la realización de esta obra bicentenaria, y a aquellos que permitieron, incluso, superar imprevistos de los más variados orígenes.

Esas mismas expresiones de gratitud las extendemos también a los equipos profesionales de la Dirección Nacional de Arquitectura e Ilustre Municipalidad de Santiago, quienes facilitaron la concreción de las etapas iniciales del proyecto, trabajando coordinadamente con los especialistas del Comando de Infraestructura del Ejército.

Agradecemos a la Oficina IP Arquitectos Ltda., señores Jorge Iglesis, Leopoldo Prat y Marcelo Casals; Empresa Constructora Consorcio DLP–INGEVEC Ltda., e Inspección Técnica de las Obras Cruz Dávila Ingenieros Consultores Ltda., a los profesionales y técnicos; a los contratistas, y trabajadores de todas las condiciones y especialidades.

Finalmente, agradezco especialmente a los dos Oficiales Superiores, CRL Ortiz y CRL Heine, que, sucesivamente, se desempeñaron como Jefes de Proyecto, y al equipo de civiles y militares que los secundaran.

Todos, sin excepción, unieron sus mejores esfuerzos para dar vida a esta hermosa obra arquitectónica que hoy, con la presencia de Vuestra Excelencia, se integra de manera relevante al paisaje urbano de nuestra capital.

 

Señoras y señores:

 

Permítaseme en esta ocasión hacer referencia a nuestra particular preocupación por los procesos de modernización y transformación institucional en las dos últimas décadas, como consecuencia de la reformulación de las políticas exterior y de defensa nacional de Chile.

Lo anterior significó para el Ejército asumir una nueva realidad estratégica, desarrollando un conjunto de capacidades operacionales enfocadas a las múltiples variables del campo de batalla moderno.

Consecuente con este amplio espectro de exigencias, se concibió un diseño para la fuerza que pasó de un ejército territorial a uno funcional, más pequeño, pero organizado en sistemas operativos integrales. Reformas profundas y trascendentes, conducidas en su oportunidad por mis distinguidos predecesores.

El Ejército ya ha iniciado el camino hacia la tercera centuria. Lo está haciendo bajo la inspiración de una historia que se confunde con la de la patria y de su pueblo, en cuya trayectoria común ha estado comprometido con los intereses, valores y aspiraciones de la sociedad chilena.

Lo hace también con una visión que pone en perspectiva las funciones de la defensa y la seguridad, como condiciones básicas para hacer factible el desarrollo, la cooperación y la supervivencia nacionales, en un entorno estratégico de continuos cambios, que demandan una adecuada previsión para el sostenimiento de la fuerza.

Entre los nuevos cometidos están los aportes que la institución realiza al posicionamiento internacional de Chile, lo que se manifiesta a través del apoyo a la política exterior mediante múltiples formas de expresión, y el concurso de tropas que proporcionan el soporte militar a los intereses del Estado de Chile dentro de la comunidad internacional.

Asimismo, frente a la diversidad de factores que impactan la seguridad, el Ejército está permanentemente revisando sus capacidades para generar respuestas flexibles, oportunas y versátiles. Dentro de éstas se ubican aquellas asociadasa su participación ante catástrofes y emergencias nacionales, a través de operaciones de apoyo humanitario, como también otras que contribuyan a la protección civil frente a las llamadas amenazas transnacionales.

El Ejército, en el caso nacional, es más que un factor de fuerza, poder militar o una variable estratégica, porque desde siempre ha estado al servicio de la sociedad chilena, de su desarrollo y de su bienestar. Esto explica, en parte, la necesaria visión de Estado con que se observan sus misiones y los recursos que se ponen a su disposición.

Mantener la confianza y el respeto de la ciudadanía es también un desafío permanente para la institución, en tiempos –como hemos sido testigos– de especial interés ciudadano por saber más acerca del funcionamiento de las instituciones del estado; escrutinio al cual nos sometemos diariamente en todas nuestras actividades que, por ser complejas y riesgosas, tienen una alta connotación social.

Excelentísimo Señor Presidente de la República; distinguidas autoridades; señoras y señores:

 

Estimamos que el “Edificio Ejército Bicentenario”, además de cumplir con modernos estándares de habitabilidad, respeto por el entorno y consideración hacia los espacios públicos, es un emblema que proyecta los dos siglos de vida institucional que han acompañando a la patria.

¡Sobre los cimientos de la historia construimos el futuro!

Por cierto, ver proyectado el bicentenario de la institución fundido con el de Chile es un motivo de especial orgullo y satisfacción para todos sus integrantes.

Al contemplar los viejos estandartes de las unidades que dieron origen al Ejército, en el imponente escenario que otorga esta nueva obra, no puedo dejar de expresar los sentimientos que los soldados del bicentenario compartimos con los de antaño, como una constante de todos los tiempos: ¡un profundo amor a Chile, a nuestra querida patria!


¡Para los militares, la patria siempre será una misión a cumplir!

 

Con todo, nada del progreso que pudiéramos haber alcanzado hasta ahora ha afectado nuestro cimiento constitucional: el de ser una fuerza armada profesional, disciplinada, obediente, jerarquizada y no deliberante. Tal imposición, lejos de ser una carga o limitación, es el sello honroso que nos distingue. Ser siempre fieles a esa concepción nos da la fortaleza para cumplir nuestro cometido: servir a la patria y a todos los chilenos. ¡Una noble misión, cuya recompensa es el respeto y adhesión de nuestros conciudadanos!

¡Muchas gracias!

Ejército de Chile

Av. Tupper 1725, Santiago Centro - Chile
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