Este domingo 27 de noviembre pasará a la historia como la primera conmemoración del Día Nacional de las Cantineras, finalizando un largo proceso que se inició el año 2018, gracias a los esfuerzos de la Consejera Regional de las Culturas, las Artes y del Patrimonio de Antofagasta, Ana Olivares C. Su ímpetu permite, finalmente, reconocer en forma oficial a aquellas mujeres que lo dieron todo por la Patria, durante la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y la Guerra del Pacífico.

Si bien desde que la Sargento Candelaria Pérez (1810-1870) prestase servicios como la primera Cantinera de nuestra historia, durante la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, ellas han sido parte irremplazable de nuestras tradiciones e historia cívico militar. No obstante, en 143 años no había un reconocimiento oficial, lo que invisibilizaba su aporte, dificultando su conmemoración.

Es por eso que la nueva ley, que las celebra en cada aniversario de la Batalla de Tarapacá (1879), donde muchas de ellas lucharon, trabajaron, sufrieron y murieron por Chile, permite gestionar otras acciones como “erigir monumentos y memoriales u honrarlas con calles, colegios, sastrerías o enfermerías con sus nombres”, señala Ana Olivares.

Esta iniciativa surge desde regiones, de los mismos lugares donde lucharon y murieron nuestras cantineras y de las mismas mujeres, tras seis años de esfuerzo con la participación de diversas organizaciones de la sociedad civil, por lo que el Ejército se siente honrado de poder brindar oficialmente el reconocimiento y los honores a todas ellas, destacando sus vidas de esfuerzo y patriotismo y aporte al esfuerzo bélico como al bienestar de los soldados. Entre otras actividades, la Institución honrará a nuestras cantineras nombrando enfermerías con sus nombres y difundiendo su valioso legado histórico.

Ana Olivares destaca que la Ley 21.466 “es una efeméride nacional, que es lo mínimo que se merecen nuestras mujeres bravas del Siglo XIX. Ellas sirvieron en un ambiente hostil, muy diferente al de hoy. Ellas se ganaron este homenaje hace 143 años en campaña, entregando sus vidas incondicionalmente. Lo más rescatable es que todas fueron voluntarias”.

La palabra cantinera proviene tanto de las cantinas en las que trabajaban alimentando a la tropa y de las cantimploras con las que daban agua a los heridos. Se desempeñaron de cocineras, costureras y lavanderas, asegurándose de que nada faltase a los soldados, realizando la labor que hoy desempeñan los servicios logísticos, y que es imprescindible para todo ejército. Auxiliaban a los caídos en pleno combate y también empuñaban las armas, dando la vida en muchos casos. Junto a ellas estaban las llamadas “Camaradas”, mujeres que sirvieron en los centros de atención médica y en las ambulancias de sangre. Todas ellas, formaron parte del ejército voluntariamente, sin esperar nada a cambio. Esta ley las reconoce y honra, porque sin ellas la historia de Chile no sería la misma.

Por George Seal M., periodista de la Dirección de Comunicaciones Estratégicas del Ejército.