En el pueblo cordillerano de La Concepción, ubicado en el corazón de la sierra peruana, se libró uno de los combates más heroicos de la historia militar chilena. Apostada allí, la 4ta. Compañía del 1er. Batallón del Regimiento "Chacabuco" 6° de Línea, bajo el mando del Capitán Ignacio Carrera Pinto y los subtenientes Arturo Pérez Canto, Luis Cruz Martínez y Julio Montt Salamanca –conformada por siete suboficiales y 66 soldados–, se enfrentaron valerosamente a las fuerzas peruanas comandadas por el Coronel Juan Gastó.

El 9 de julio, alrededor de las dos y media de la tarde, unos 500 soldados peruanos descendieron desde los cerros, acompañados por cerca de 1.500 campesinos e indígenas armados con hondas y lanzas. La 4ta. Compañía, con apenas 77 hombres, comenzó la defensa, con escazas municiones, atrincherada en la plaza del pueblo. A medida que avanzaba el combate, quedó claro que la superioridad numérica enemiga sería difícil de contrarrestar.

Ante el creciente número de bajas y la amenaza de ser superados, Carrera Pinto ordenó el repliegue hacia el cuartel en el edificio parroquial cerca de las seis de la tarde. Desde allí, continuaron resistiendo con fusiles y bayonetas, enfrentando un asalto implacable durante toda la noche. A pesar de las pérdidas y el incendio del techo de la iglesia, provocado por los adversarios, los chilenos se mantuvieron firmes hasta el último momento.

Hacia la madrugada del 10 de julio, las fuerzas peruanas, para poner fin a la resistencia, destruyeron las paredes del cuartel para ingresar y perpetrar una masacre. Solo dos soldados chilenos sobrevivieron, pero lejos de rendirse, protagonizaron un acto de heroísmo que quedaría grabado en la memoria de todos: salieron de la iglesia, se prepararon con determinación, hicieron un último disparo y cargaron con bayonetas caladas gritando ¡Viva Chile! contra la abrumadora fuerza enemiga.

Más tarde, los militares chilenos que llegaron al pueblo se enfrentaron al panorama del combate perdido. Los 77 Chacabucanos habían caído en la defensa de La Concepción, dejando un legado de coraje y sacrificio para las futuras generaciones de chilenos.