Después de la victoria en la batalla de Tacna, el 26 de mayo de 1880, el mando chileno tomó la decisión de capturar la plaza fortificada de Arica, con la finalidad de asegurar la línea de abastecimiento para la campaña de Lima, y para no dejar a sus espaldas una posición tan riesgosa, una vez que se iniciara el avance.
A su turno, el coronel Francisco Bolognesi, Comandante de la Plaza de Arica, consideró que la retirada de las fuerzas aliadas del Campo de la Alianza, obedecía a la intención del mando peruano de ocupar una posición más fuerte, para librar allí la batalla decisiva, por lo que resolvió defender la Plaza hasta el último cartucho.
Fuerzas de Asalto
Las fuerzas chilenas empezaron a tomar posiciones en las cercanías de Arica, en los primeros días de junio. El día 5 de junio, en vísperas de la batalla, éstas estaban dispuestas de la siguiente forma:
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Regimiento Buin 1º de Línea
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885 hombres
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Regimiento 3º de Línea
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1.053 hombres
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Regimiento 4º de Línea
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941 hombres
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Regimiento Lautaro
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1.000 hombres
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Batallón Bulnes
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400 hombres
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Carabineros de Yungay
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300 hombres
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Cazadores a Caballo
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300 hombres
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Cuerpo de Ingenieros militares
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50 hombres
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4 Baterías de Artillería
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500 hombres
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TOTAL
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5.379 hombres
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Defensa
El coronel Bolognesi disponía de 1.819 hombres y la tripulación del blindado Manco Capac, pero dominaba una posición virtualmente infranqueable. El Morro es accesible sólo por el norte, y esa entrada estaba defendida por baterías de artillería dotadas de cañones de 250 libras, las que ocupaban las posiciones denominadas Santa Rosa, San José y Dos de Mayo. En el plano, inmediatamente bajo el Morro y en dirección sur y sudeste, se ubicaban los fuertes Cerro Gordo, Este y Ciudadela, cuyas baterías hacían un total de 17 cañones, con amplio campo de tiro. Entre las baterías del norte y los fuertes del sur, se extendía una trinchera de tres kilómetros, en una línea oblicua de dirección este y sur. Todas estas posiciones estaban circundadas y protegidas por campos de minas. La disposición de la defensa se completaba con las baterías del blindado Manco Capac, surto en la bahía de Arica, cuya presencia neutralizaba el apoyo que pudieran prestar las unidades de la Armada chilena.
Tras rechazar el coronel Bolognesi una intimación de rendición, el mando chileno ordenó el bombardeo del Morro y los fuertes adyacentes, encargado a los navíos Cochrane, Magallanes, Covadonga y Loa, de la Armada de Chile, el que se prolongó durante los días 5 y 6 de junio, y que fue relativamente infructuoso, en virtud de la razón señalada.
Plan de Batalla
El coronel Pedro Lagos, designado como Comandante de las fuerzas de asalto, dispuso un movimiento distractivo que buscaba inducir en el mando peruano la creencia que el ataque principal se desencadenaría por el norte, logrando con ello que éste debilitara el frente sur.
En la madrugada del 7 de junio, el coronel Pedro Lagos Marchant ordenó el ataque en un movimiento de tres direcciones:
El Regimiento 4º de Línea, con el Regimiento Buin como reserva, atacó el fuerte Este.
El Regimiento 3ª de Línea atacó el fuerte Ciudadela.
El Regimiento 2º de Línea y el Regimiento Lautaro atacaron los fuertes Santa Rosa, San José y Dos de Mayo, en el frente norte.
Asalto y Victoria
Los primeros disparos se cruzaron alrededor de las seis de la madrugada del día 7 de junio, y tras un ataque avasallador, que causó elevado número de bajas en ambos bandos, los fuertes Este y Ciudadela cayeron en poder de las fuerzas atacantes, los regimientos 4º y 3º de Línea, respectivamente, cuyos efectivos combatieron con singular bravura. La captura de estas posiciones tomó 55 minutos.
Aunque el plan inicial preveía la concentración de fuerzas con el Regimiento Buin, los soldados de los regimientos 3º y 4º de Línea, enardecidos por la rápida victoria, emprendieron por propia iniciativa el asalto al bastión más poderoso y mejor defendido de las fuerzas peruanas, denominado Cerro Gordo, en la cima del Morro.
La historia registra actos de valor y heroísmo entre atacantes y defensores, pero el hecho es que tras 55 minutos de encarnizado combate cuerpo a cuerpo, en el que descollaron el corvo y la bayoneta, la bandera chilena flameaba en el tope del Morro. La ruta hacia Lima quedaba despejada.
Homenaje
Las pérdidas de ambos bandos reflejan la intensidad de la batalla.
Las cifras peruanas se calculan en unas 1900 bajas, entre ellos el valeroso coronel Bolognesi, y 1.328 prisioneros. Las fuerzas chilenas tuvieron 433 bajas, entre muertos y heridos, incluyendo el Teniente Coronel Juan José San Martín, Comandante de Regimiento 4º de Línea, quien perdió la vida durante al asalto al fuerte Este.
Para conmemorar el valor y heroísmo de los soldados de los regimientos 3º y 4º de Línea, cuyo avance incontenible tornó innecesaria la acción de la Artillería y la Caballería, el Ejército de Chile instituyó el 7 de junio como el día de las glorias de la Infantería.
DEPARTAMENTO COMUNICACIONAL
Coronel Pedro Lagos Marchant |
Teniente Coronel Juan José San Martín |
Coronel Pedro Lagos Marchant |
Teniente Coronel Juan José San Martín |
Coronel Pedro Lagos Marchant |
Teniente Coronel Juan José San Martín |