Llegar a la cumbre es la meta de todo soldado. Los integrantes de la Brigada de Operaciones Especiales “Lautaro” (BOE), también buscan este objetivo. Con el ansia de mejorar y poner en práctica sus capacidades, un grupo de 18 oficiales y suboficiales, planificaron un exigente periodo de instrucción y entrenamiento en montaña estival, precisamente, hasta el punto más alto en la Región Metropolitana: Cerro El Plomo con 5.424m s.n.m.

Organizados en seis cordadas, el equipo estuvo conformado por militares que van desde el grado de Cabo, hasta el de General. Todos prestos para iniciar el desafío de cuatro días, sabiendo que las principales dificultades están en el escenario de montaña, el que es cambiante y traicionero.

La Agrupación Especial de Montaña fue la que organizó este periodo, la que se preocupó de tener la mejor vía de ascenso, además de asesorar y apoyar a los integrantes que no poseen la especialidad secundaria de Montaña. Para el Teniente Carlos Torres C., integrante de este equipo, esta planificación de cuatro días permitió que todos llegaran hasta el objetivo, pero destaca que esto también se logró gracias a la preparación propia del personal. “Habla bien de cada uno de los que participaron, sobre su preparación personal, independiente de que no sean especialistas en Montaña. Se nota que al interior de la BOE hay un nivel alto”, explica el Oficial.

Los años generan experiencia. Elemento vital para este tipo de hazaña, en que los conocimientos adquiridos son traspasados a las nuevas generaciones y, asimismo, motivarlos a superar sus propios límites. Este es el caso del Suboficial Mayor Felipe Acevedo A. (52), quien tiene 19 ascensos al Cerro El Plomo en el cuerpo, siendo testigo de la evolución de su especialidad y del cambio climático, además de haber participado en la Operación Lama 81.

Con 31 años de servicio, transmite seguridad y confianza para los oficiales y suboficiales más jóvenes. “En las primeras oportunidades que ascendí fue buscando los límites de las capacidades técnicas, pero ahora, con una madurez distinta, tengo una visión diferente. Puedo transmitir mi experiencia y ver que llegar a la cumbre no es solo un desafío técnico y personal, sino que vean otras cosas importantes, como parte de nuestra historia y cultura”, reflexionó el Suboficial Mayor Acevedo.

Este fue el último ascenso del Suboficial Mayor, pero el próximo año será el primero de una nueva generación de montañeses, quienes proseguirán con el legado de aquellos especialistas que, en años pretéritos, demostraron su valor y llevaron el nombre de Chile a los 5.424m metros sobre el nivel del mar.