Combate desarrollado en el marco de la campaña del Norte de la Guerra Civil de 1891, contienda que enfrentó al bando gobiernista –del presidente José Manuel Balmaceda-, y a los revolucionarios congresistas.
Debido a la sublevación de las tropas de la guarnición de Pisagua el 19 de enero, partidaria del banco congresista, el intendente de Tarapacá Manuel Salinas dispuso que se organizara una columna para recuperar ese puerto. En Zapiga se encontraron las fuerzas gobiernistas, al mando del teniente coronel Marco Aurelio Valenzuela, y los revolucionarios al mando del coronel Estanislao del Canto, pero no se logró nada decisivo para ningún bando, retirándose ambos con heridos y muertos. El 23 de enero avanzó Valenzuela sobre Pisagua al frente de 400 hombres, dividiendo sus fuerzas en dos columnas, una que se desplegó frente al Alto Hospicio y otra que prosiguió por el ferrocarril para coronar las alturas que dominan a Pisagua por el sur. Del Canto se apostó delante de la columna de Alto Hospicio con 221 hombres, sosteniéndose el combate con hasta las 10 am. Agotadas sus municiones, los gobiernistas hicieron señales de rendirse, engaño en que cayeron los revolucionarios, quienes creyéndose vencedores fraternizaron con ellos para después ser desarmados y apresados. Los gobiernistas avanzaron hacia Pisagua con numerosos prisioneros y del Canto logró escapar.
Sin embargo, la victoria revolucionaria fue parcial, ya que la inminente llegada de más fuerzas balmacedistas hizo insostenible la situación, por lo que resolvieron evacuar la plaza sin nuevo combate. Finalmente, Valenzuela ocupó Pisagua el día 27 de enero. Por estas supuestas actitudes de fraternidad, los cronistas bautizaron estos singulares combates con el apodo del “Combate de los abrazos”.